Productividad, ¿a qué siglo nos referimos?
[Entrada redactada por un autor invitado: Rafael Oliver, de Taller de Clientes. ¡Agradecemos mucho su colaboración en nuestro blog!]
De nuevo, la productividad
Es curioso, de nuevo nos vemos hablando de productividad, en los casi treinta años que llevo trabajando ha sido una constante, se ha convertido en una de esas buzzwords que carecen de un sentido exacto, cediendo a la nominalización, dándose casos que para explicar a lo que se refieren, comienzan diciendo: “para mí productividad es…”. Pues no, la productividad es lo que es, aunque ciertamente su circunstancia va cambiando con el tiempo. La productividad de los 80’s y 90’s es diferente a la del 2011. Del mismo modo que en los manuales de costes sobre los que estudié, hablaban de los costes directos como foco y base fundamental de los incrementos de la productividad, los costes indirectos fueron tomando plaza y desde hace años, son éstos el foco de reducción del denominador para el aumento de la productividad (y digo yo, por qué no nos enfocamos más al numerador).
Para esta década y seguro que va a más en lo sucesivo, la productividad va a ser más importante, pero más difícil de gestionar y sobre todo de medir. Cada profesional necesita gestionar cantidades ingentes de información con diferentes soportes y formatos, el buen uso de esas cantidades de información irá componiendo un conocimiento que será clave para los profesionales y las empresas.
La gestión documental como parte de la solución
Sin un sistema de gestión documental, este manejo inteligente de la información, nos creará una sensación de descontrol que los médicos ya están diagnosticando este síndrome como un trastorno de la atención, es decir, no recuerdas dónde lo has leído ni dónde los has dejado, tienes falta de concentración, te duele el estómago, sientes angustia, en fin, cuestiones bastante comunes en la actualidad.
Con la oficina en la mochila
El profesional que se requiere hoy en día, debe manejar mucha información de una forma estructurada, debe estar asistido por un sistema que le ayuda a recordar una serie de datos, documentos, libros, videos, etc., en un entorno colaborativo, que le permitirá elaborar en colaborativamente y en movilidad. Este profesional que lleva –virtualmente- consigo toda la información (conocimiento y experiencia, si me permiten) que puede necesitar allá donde esté, conseguirá incrementos de productividad gracias a esta circunstancia, perdiendo mucho menos tiempo en desplazamientos a la oficina y/o a Clientes, disponiendo de información estructurada a su alcance en cada momento y lugar, pudiéndose comunicar con su equipo, tanto interno como externo a la empresa.
Hay estudios sobre el aumento brutal de la cantidad de información y de sus formatos en la última década, de la necesidad de toma de decisiones continuadas y en tiempo real (número y velocidad requerida) y el rabioso descenso del número de decisores. La ecuación es simple.